Luis Andrés Espinoza

miércoles, mayo 28, 2008

UPLA UNIVERSIDAD DE CANTABRIA

Visita de académicos de la Universidad de Cantabria
El día 27 de mayo se realizó, en las dependencias del Instituto Ignacio Domeyko, una reunión de trabajo entre académicos de las Universidades de Cantabria y de Playa Ancha, el propósito de esta actividad es buscar una alianza estratégica entre ambas instituciones que permita a nuestra casa de estudios fortalecer su Departamento de Ingeniería e Instituto Ignacio Domeyko en el desarrollo de proyectos de interés regional y nacional en el área Ambiental.
En esta reunión participaron los académicos de la Universidad de Cantabria Sres. José Luis Gil Díaz y Jaime Muñoz, ambos del Instituto de Hidráulica Ambiental. En representación de nuestra Institución los académicos: Sra. Francesca Yunnissi, Directora Departamento de Ingeniería; Sra. Ximena Espinoza, Jefe de Carrera de Ingeniería Ambiental; Sr. Luis Espinoza, académico de Departamento de Ingeniería y Sr. Carlos González Morales Director Instituto Ignacio Domeyko.
La Universidad de Cantabria es una Institución joven pero con una tremenda experiencia en el área ambiental, han desarrollado una gran variedad de proyectos tanto regionales y nacionales como internacionales en la comunidad europea. Son referentes internacionales en el tema señalado.
Las áreas en las cuales han logrado una mayor experiencia investigativa y desarrollo de proyectos son:
Gestión de Residuos.
Reciclaje.
Restauración ambiental. Limpieza y recuperación de riveras de ríos y playas.
Creación de observatorio de residuos (diseño de indicadores)
Tratamiento de aguas.
Humedales.
Gestión integral de zonas costeras
En el Departamento de Ingeniería, un tema de interés primordial es el ambiental, dado que en el se desarrollan dos carreras con esta orientación: Ingeniera Ambiental e Ingeniería Civil Ambiental, además la Facultad de Ciencias a través de su programa de Magíster en Educación Ambiental también hace suya esta materia.
Los académicos del Departamento de Ingeniaría han potenciado su experiencia a través del desarrollo de proyectos con financiamiento externo en: Humedales (CODELCO) y Recuperación de residuos domiciliarios (CONAMA). De igual forma, a través de nuestro Centro de Estudios Ambientales, se han realizado proyectos, con participación de estudiantes, en las materias señaladas.
Desde este punto de vista, nuestras fortalezas y capacidades están enmarcadas en áreas muy específicas del tema ambiental y que podríamos potenciar con la experiencia alcanzada por la Universidad de Cantabria. Nos referimos a:
Humedales
Gestión de residuos.

martes, mayo 27, 2008

RESIDUOS SOLIDOS, GESTION URBANA Y ORDENAMIENTO TERRITORIAL




Dr. José Luis Gil en Con-Con con vecinos empresarios gastronómicos asociados para Acuerdo de Producción Limpia (APL Gastronómico)

lunes, mayo 19, 2008

EL COMPORTAMIENTO HUMANO

Expresiones normales sobre las estructuras:
¡ Otra cosa es con guitarra !
¡ El poder corrompe !
¡ Pisarse los principios !

¿ Es Historia ?
A pesar de la tendencia a debilitar al ejecutivo, el Presidente de la República mantuvo su poder, incluso durante el período de los gobiernos liberales, en particular después de la guerra del Pacífico, gracias a que a partir de entonces el Estado pudo disponer de las cuantiosas rentas generadas por el salitre, que el Presidente pudo disponer para ampliar las obras públicas y la burocracia. En este sentido, a pesar de las reformas, presidentes liberales como Santa María y Balmaceda fueron tan autoritarios como sus predecesores conservadores. La situación recién cambia a partir de la Guerra civil de 1891.

LA PACHACHA


Obra de Teatro “La Pachacha”

Adaptación de la obra de Rafael Maluenda.

Narrador: Era de color ceniciento, gruesa, de patas cortas y bruta. Su llegada al corral del criadero fue obra del azar, porque nacida y criada en un rincón de un huerto, junto a una acequia fangosa y maloliente, su destino habría sido el de todas las aves que la rodeaban: crecer, entregarse resignada al maridaje tiránico del viejo gallo que imperaba en el huerto, poner e incubar sus huevos, arrastrar a la cría cloqueando entre los berros de la acequia, y luego morir oscuramente para alegrar algún almuerzo dominguero.
Pero ocurre que, deseosa de congratularse con los amos, la mujer de un inquilino la llevó de regalo al hijo del propietario del fundo.

Mujer del inquilino: Patrón, como usted ha sido tan bueno con nosotros, le traje de regalo al patroncito nuevo una gallinita.

Dueño del fundo: Gracias mujer, la llevaremos al corral y la pondremos junto a las aves finas que tenemos, aunque ésta por lo que veo es una pachacha.

Hijo del patrón: ¡Sí papá!, así la nombraremos, esta gallina será “La Pachacha”.

(La Pachacha se queda de pie sola al centro y comienzan a entrar al escenario todos los grupos de aves)

Narrador y mímica: Podía ser todo lo grotesca que quisiera, con aquella su gordura pesada y su color cenizo, pero su sangre plebeya encerraba una fuerte dosis de malicia y buen sentido; por esto, rápidamente, comprendió que una actitud humilde le convenía en aquella emergencia, y con pasos cortos que procuró livianos, se fue alejando del abrevadero y se arrimó, confusa a la cerca.

Pachacha: ¡Que gallinas, que formas, cuanta elegancia y cuanta distinción!

(Gallo Leghorn se acerca a la Pachacha y da una vuelta a su alrededor)

Pachacha: ¡Que rueda, Dios santo! (ella se aparraga)

Narrador: Ella deslumbrada y sumisa, recordando la añeja costumbre, se aparragó esperando en el suelo. Pero el gallo no se le impuso y la dejó levantarse.

Gallo Leghorn: ¡Dama! Usted se equivoca yo sólo deseo presentarme. Soy un gallo de la familia Leghorn.

Pachacha: ¡Mucho gusto! (el gallo hace una rueda a la Pachacha, la mira y se va).

Gallinas blancas: ¿Quién es? ¿Quién es?

Gallo Leghorn: ¡No he podido entenderla!

Gallina blanca: ¡Que poca delicadeza tiene, confundir un saludo con una declaración!

Gallo Leghorn: ¡Se dan casos! (dos gallinas se toman de su brazo y se ubican en un lado).

Narrador: Hubo después un continuo aproximarse de las demás aves a la confundida Pachacha, fue así como se acercaron: (La Pachacha da un paso al grupo y éstas le hacen un desprecio).
- Las Rhode- Island, coloradas y suficientes con su lento andar de gente obesa.
- Las Plymouth, corpulentas y erguidas en sus ropajes escoceses.
- Las Papua, pizpiretas y ágiles balanceando el penacho de su sombrero.
- Las Inglesas, delgadas y nerviosas con aires de orgullo.
Solo una familia permaneció tranquila, en su lugar, estas fueron las gallinas Japonesas, conocidas por su color cenizo, los pescuezos pelados y rojos. Ellas fueron las únicas que la dejaron acercarse integrándola a su grupo.

Plymouth: ¿Han visto la facilidad con que esas japonesas acogen a cualquiera?

Inglesas: ¡Ah, sí, es que con esas fachitas que lucen pueden juntarse con cualquiera!

Orpington: ¡Yo no permitiré que las gallinas de mi raza se mezclen con esa rota!

Gallo Leghort: ¿Ustedes vieron como la recibí?, ¡Que se me ponga negra la cola si vuelvo a saludarla!

Gallo Rhode- Island Lo que es a mí, si esa gallina me tolera, puede contar con mi amistad. ¿Qué es fea y no sabe de donde viene? ¡Que importa! Nadie puede negar que tiene sólida carnadura…

Gallina Leghorn: ¡Tan cínico que lo han de ver!

Gallo Plymouth: ¡Al fin y al cabo todos venimos de un huevo!

Gallina Leghorn: ¡Cállese el demócrata!

Gallo Plymouth: Lo soy por ideas y aunque mi familia sea Plymouth, ¡todos venimos de un simple huevo!

Gallina Orpington: ¡Si, de un huevo, pero usted no puede negar que hay huevos y huevos!

(Música suave, se van apagando las luces y las gallinas se ubican para dormir)

Narrador: La noche es para las aves, como para los seres humanos, un tiempo de meditación. De lo que pensaron las gallinas distinguidas respecto de la Pachacha poco se sabe; pero, lo cierto es que, cuando al amanecer la forastera abandonó el último travesaño de la escala en que alojara y, sacudiendo el plumaje que las gallinas de más arriba estercolaron con intención humillante, al salir del corral se sorprendió con el saludo que le hicieron los integrantes de la familia Leghorn.

Gallina 2 Leghorn: Buenos días ¿Cómo pasó la noche?

Pachacha: Bastante regular, estaba acostumbrada a mejor dormitorio, pero en la vida a todo tiene una que resignarse.

Gallina 2 Leghorn: Así es, la invito a que vayamos a tomar agua limpia y fresca porque a nosotros nos enferman las aguas corrientes (mímica de tomar agua).

Gallina 2 Leghorn: Caminemos para mostrarle los nidales, nosotras los usamos con paja y sólo de tarde en tarde les ponen cal para matar los piojillos: entre nosotras no abundan como usted comprenderá.

Pachacha: Por cierto, yo les tiemblo (imita un escalofrío).

Gallo Leghorn: Co-co-ro-co (imita el canto de los gallos)

Pachacha: pocas veces he oído un canto tan puro. (el gallo hace rueda a su alrededor)

Gallo Leghorn: ¡Vaya, vaya! Ayer remilgos, hoy cariños… Ningún grupo quiere ser menos que el otro, se las come la envidia ¡gallinas al fin!

Narrador: Con el mismo apresuramiento con que el día antes evitaban el contacto de la forastera, buscaban ahora las familias su compañía.

Gallina Orpington: (toma a la Pachacha de un brazo y la lleva hacia un lado) no se deje engañar, esas Leghorn cifran el orgullo en la fecundidad, como si mucho poner fuera un mérito.

Gallina Rhode-Island: Tenga cuidado con las inglesas, mire que cuando uno las cree más amigas le sacan un ojo de un picotazo.

Gallina Padua: Mira esas Orpington, que gordas ¿verdad?, tienen la distinción en el peso.

Japonesas: Acuérdese que si siente la necesidad de poner, el último ponedero es el más cómodo.

Gallo Rhode-Island: Sí, poner huevos, porque ahora con esas tales incubadoras acabarán por matar el sentimiento de la maternidad. Solo está faltando que nos reemplacen a nosotras por una maquinaria especial.

Padua: Poco le perjudicaría a usted.

Narrador: Pasó el tiempo y un acontecimiento vino a sorprender al corral: La Pachacha estaba poniendo.

Gallinas: (todas) ¿Poniendo? (Se separan los gallos y se ubican en el rincón opuesto) ¡Así que la forastera está poniendo!

Narrador: De pronto notaron su ausencia…

Gallo Rohe-Island: ¡Hum, después de lo uno lo otro, seguro que está echada!

Narrador: Veintidós días estuvo la Pachacha entregada a su labor de paciencia y de inmovilidad. Mientras tanto, en el corral esto sucedía:

Gallo Orpington: ¡Bueno es que uno se digne tolerar esas gallinas de poca monte, pero de ello a que se mezcle con la nuestra hay una gran diferencia. ¡Respetemos las diferencias!

Inglesas: ¡Hay de los hijos míos que no me obedezcan!

Gallo Rhoce-Island: ¡Pero que gallinas son éstas gallinas! (salen todos del escenario).

Narrador: Fue una mañana de mediados de primavera cuando la Pachacha salió con su cría, las gallinas esperaban una pollada fea y rulenga, y en vez de ella, La Pachacha arrastraba tras si unos polluelos, de colores varios, piaban alrededor de la obesa mamá que caminaba afanosa arañando la tierra.

Pachacha: Por aquí niños, a ver si se portan ordenaditos ahora que esas señoras los están mirando.

Gallo Rhode –Island: Me alegro de verla con cría tan bonita. Yo estoy por el sistema antiguo; nada de incubadoras… que tenga buena suerte.

Inglesas: Muy sanitos.

Paduas: ¡Salud de pollos de medio pelo!

Narrador: Pero los pollos y pollas aunque de media pluma crecieron gráciles y se fueron haciendo vistosos, (se sacan una ropa como señal de que crecieron) despertando simpatías entre las parvadas de calidad. Los varones son menos escrupulosos que las hembras, sucedió que un gallo fino se casó con una polla y luego lo hicieron los gallos de la complacida Pachacha (se hace mímica en que las parejas se toman del brazo).
Ya no hubo diferencia entre la prole de la Pachacha y de las demás gallinas. Nadie hubiera reconocido en aquella envanecida al ave torpe que una tarde lanzaron al corral. (Música, la pachacha se pasea orgullosa).
Un día, otra gallina bruta, escapada de no se supo dónde, vino a introducirse en el corral y tal como antes había hecho la Pachacha, se acurrucó en un extremo, confusa y avergonzada.

Pachacha: ¿Qué es eso? ¿Esto es un corral o un basurero?, ¿Por qué se introducen aquí a gallinas brutas? ¡Afuera la intrusa, la metida! (ella con sus crías le pegan a esta gallina)Así debería tratarse a estas gallinas insolentes que no se acuerdan de su origen… (Silencio y todas las demás miran).
Talvez he sido demasiada severa, pero no soporto el medio pelo me pone fuera de mi…
(da media vuelta y sale del escenario, las otras aves mueven la cabeza y se retiran lentamente).

Gallo Rhode-Island: (Mueve la cabeza y triste habla). ¡Hasta en las gallinas, no hay peor cuña que la del mismo palo! (Se va triste).